LA LUZ EN EL PAISAJE: NUEVA MUESTRA DE HÉCTOR CRUZ GARCÍA. Revista Vértigo por Guillermo Medel

“Para la inspiración siempre me ha bastado con mirar mi entorno”.

Guillermo Medel
Cultura

 

HÉCTOR CRUZ GARCÍA

Con más de 90 años de vida y una trayectoria artística de más de siete décadas el pintor, escultor y muralista Héctor Cruz García presenta en La luz en el paisaje una selección de obras en múltiples formatos al óleo, que invita al espectador a un recorrido de inspiración poética a través del color, la luz y los distintos elementos del paisaje.

Cruz nació el 2 de julio de 1932 en Chimalhuacán, Estado de México. Cuenta con más de medio siglo de una carrera respetada y reconocida por pares y críticos. Su camino artístico ha pasado por varias estaciones fundamentales del arte moderno mexicano: La Esmeralda, del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA, como estudiante y profesor); la Escuela Nacional de Artes Plásticas, antigua Academia de San Carlos, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM); el Taller de Integración Plástica; el muralismo; los postulados de la influyente Escuela Mexicana de Pintura; así como la búsqueda de lenguajes y estilos personales tras el parteaguas establecido por la Generación de la Ruptura.

Inspiración

Durante 70 años de carrera artística Cruz ha desarrollado su propia visión del paisaje, usando técnicas de óleo y acrílico en una gran diversidad de formatos.

Es uno de los más grandes muralistas de México y su obra más representativa se encuentra en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) con un mural inaugurado en 2000 e intitulado Génesisnacimiento de una nación.

Su obra pictórica se ha exhibido en América, Europa y México, desde el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en Washington, DC, hasta el Senado de la República, donde recibió en 2014 un homenaje por su trayectoria. Recientemente su obra ha sido exhibida en Francia, Inglaterra y España.

De hecho, la longeva y variada obra de Cruz es esencial para repensar y revalorar la riqueza de las artes plásticas mexicanas.

En los últimos años su práctica artística diaria ha sido un faro luminoso para la creatividad y la vida. Durante la pandemia, el maestro dio ejemplo de resiliencia al continuar generando una maravillosa producción de obras, desde grandes formatos de óleo sobre tela hasta una serie de originales en formatos experimentales al óleo y técnicas mixtas, explorando asimismo la naturaleza, el paisaje y la luz.

Largo camino

—¿De dónde surge el nombre de esta muestra?

—El paisaje siempre ha sido algo que me inspira y me da calma espiritual. Es algo maravilloso. El nombre surgió como parte del escape de este encierro que vivimos: me centré en el encanto de las atmósferas, la luz y la poesía de esos espacios maravillosos, así como en los cambios de luz y las sombras de las nubes. Por eso se nos ocurrió ponerle así a esta muestra, porque todo tiene que ver con la atmósfera del paisaje.

Añade que “se van a exhibir distintas obras, resultado de varios años de trabajo, entre ellas unos paisajes que he estado realizando del Valle del Mezquital”.

—¿Cómo llegó a ser ayudante del maestro Diego Rivera?

—Cuando él iba a pintar un mural en el Hotel del Prado yo tenía un maestro que a su vez era técnico de Rivera, el maestro Sánchez Flores. Él me dijo que íbamos a preparar los muros para esa obra. Así, asistí en calidad de albañil más que todo, pues prepararé los muros y las mezclas para el fresco. Ese fue mi primer contacto con el maestro Diego: mientras yo era un joven albañil y no me encarrilaba todavía en la carrera de pintor. Fue una labor fantástica establecer las bases técnicas.

—¿Cuál es la corriente pictórica que más le gusta?

—Nunca me incliné por una corriente determinada, pues mi actividad siempre fue reflejar el entorno de mi vida, que coincidió un tanto con la Escuela Mexicana, ya que yo pintaba también a la gente pobre con sus colores y sus costumbres, pero igualmente los paisajes que me rodeaban en aquellos años en la colonia Romero Rubio.

Por ejemplo, subraya el pintor y muralista, “con mis familiares iba al mercado Abelardo Rodríguez, por la colonia San Sebastián, donde tuve contacto con la pintura mexicana: observaba la decoración que se estaba iniciando en el mercado —que por otro lado es único en el mundo— y quedé maravillado con esas obras. Por ello no puedo tener una corriente favorita: cada una tiene lo suyo”.

—Con su experiencia, ¿diría que los artistas nacen o se hacen?

—Desde mi experiencia creo que los artistas se van haciendo mediante el trabajo y la constancia. En mi caso nunca pensé dedicarme a la pintura, tenía otras inquietudes; pero fue el encuentro con la maestra Margarita Cabrer —quien daba clases de pintura y dibujo en la escuela Juan Téllez Vargas— lo que cambió el rumbo de mis sueños: ella vio en mí cierto talento y prácticamente me adoptó para enseñarme las técnicas. Debo mencionar que ella era egresada de la Academia de San Carlos.

—¿Cómo resumiría estos 70 años de trayectoria?

—Sería difícil resumir toda una historia, con tantas actividades: desde el inicio de mi carrera como maestro en diferentes instituciones de arte, además de mi actividad como promotor y defensor de los derechos de los artistas plásticos de nuestro país. Es una trayectoria bastante larga y con mucha entrega y pasión, no solo en mi vida artística sino también en la familiar. Todo ha sido integral y forma parte de lo mismo.

—¿Considera que aún le queda algo por aprender?

—Siempre se puede aprender algo. Mi vida ha sido tan variada, no solamente en cuanto a mi actividad como pintor, escultor y muralista, sino también como maestro que he sido durante 35 años, tanto en La Esmeralda como posteriormente en San Carlos; también fui maestro de los cursos de verano para extranjeros en la Facultad de Filosofía, razón por la que tuve la oportunidad de asistir a un curso en la Universidad de Berkeley, California.

En este sentido, añade, “incluso llegué a conocer a una serie de intelectuales muy relevantes como Fernando Solana, Javier Barros, Miguel Rojas… En fin, tuve la suerte de tratar con personalidades con un nivel muy importante y que ocupaban puestos en el gobierno de México”.

Como artista, el maestro Cruz refiere que en su obra “reflejo parte de mis experiencias, como cuando se originó la Guerra de Vietnam, hecho que causó protestas en todas partes del mundo y del que yo hice una exposición en el Salón de la Plástica Mexicana que se llamó Apocalipsis. Mis temas son muchos; para la inspiración siempre me ha bastado con mirar mi entorno”.

La prestigiosa Galería EXU inaugurará la exposición La luz en el paisaje con diversos actos el 25 y 26 de noviembre a las 12:30 horas. La muestra estará en exhibición hasta el 30 de mayo de 2024.