En la Literatura Universal y en la Historia del Arte, se ha dejado una memoria, un profundo testimonio, de la violencia del hombre. Igualmente, en la Literatura Mexicana y en los murales de los grandes Maestros de la Pintura Mexicana, se denuncia esta violencia.
En mi obra artística, durante más de una década, mi preocupación fue plasmar los conflictos existenciales, las guerras, los genocidios, la lucha del hombre contra el hombre, que titulé “Visiones apocalípticas” y “Presencia de la muerte”, como un intento de reflejar mis preocupaciones por esta violencia.
En mi obra mural igualmente están presentes estos hechos de la violencia extrema que vivimos.
El tema de la violencia es un tema complejo, porque tal parece que fuera inherente en el hombre, desde los pueblos más primitivos hasta en los más avanzados, donde persiste la violencia, ya que se promueve por todos los medios, el culto a las armas.
Como artista, como educador, uno piensa que es a través de la educación y la Cultura, donde puede haber una posibilidad de reducir o enfrentar esta violencia.
Como artistas, no estamos exentos de ser víctimas de la violencia en cualquiera de sus formas.
En 1989, después de haber sido Presidente de la Sociedad Mexicana de Artistas Plásticos en defensa de los derechos de Autor, sentí el ideal, el sueño, la utopía, de crear un organismo mundial de artistas plásticos con la finalidad de estrechar los lazos de amistad y solidaridad con artistas de diversas partes del mundo, porque en el arte no hay fronteras ya que su lenguaje, por su sentido humanista es universal; el poder compartir inquietudes y experiencias, para enriquecer nuestro quehacer artístico. Creemos que será mediante el arte, que las brechas entre ideas confrontadas, encuentran puntos de diálogo, reflexión y convergencia.
El artista es un termómetro que refleja las altas y bajas del espíritu humano. En el mismo sentido, las expresiones artísticas tienen un papel fundamental en nuestra vida como individuos.
El arte es y será indispensable en la sociedad. El arte es lo que le da razón y hace digna la vida.
El respeto a la diversidad de pensamiento y el diálogo, son valores indispensables en los procesos humanizadores y el arte es un actor activo en la búsqueda de una sociedad respetuosa, digna y que encuentra en su diversidad cultural, la riqueza que posee el ser humano.
Maestro Héctor Cruz García
Enero de 2016